Ante
la impotencia de pacientes y familiares que enfrentan enfermedades
terminales, existen alternativas que brindan una mejor calidad de
vida. La cultura de los cuidados
paliativos surge como una
propuesta real y humana que abraza la vida
en situaciones adversas, dándole esperanza a las personas a las que
la ciencia tradicional ha desahuciado.
Se
consideran cuidados paliativos a los tratamientos que buscan aligerar
el dolor, por medio de atenciones médicas, farmacéuticas,
fisioterapéuticas, espirituales y psicológicas, como opción para
quien se encuentra en una fase avanzada de deterioro físico. El
punto central es proporcionar calidad
de vida al enfermo y a su
familia, no retrazando la muerte sino tomando conciencia de ella como
dicotomía de la vida.
La
muerte es un proceso inpostergable, que la sociedad moderna aborrece
generalizadamente, sin considerar que es la condición esencial de la
vida. En el imaginario colectivo, existe la fantasía de la vida
eterna como ideal
utópico. Para ilustrar ésta afirmación basta recurrir a historias
como la de “la fuente de la eterna juventud”, que ha inspirado la
imaginación humana desde los albores de la civilización; la promesa
de las religiones semitas de la vida después de la muerte; e
inumerables mitologías que reproducen obsesivamente esta idea.
Sin
embargo, debemos afrontar la realidad con valor y paciencia, ya que
la plenitud de la vida florece diariamente ante quien, aun en la
adversidad, vive cada día
como si fuese el último de su vida.
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Saludos de su servidora Ángeles Errisúriz
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